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sábado, 16 de junio de 2012

Las monjas que se enfrentan a la doctrina de Roma


Cuestionada por el Vaticano por tener "graves problemas de doctrina" y sometida a una reforma ordenada por la Santa Sede, la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCRW, por sus siglas en inglés) es un grupo que representa a la mayoría de las 57.000 monjas católicas de EE.UU.

En abril, el Vaticano emitió un duro reporte sobre la LCWR, después de que una investigación determinará que la organización promovía "temas feministas radicales incompatibles con la fe católica".

Líderes de la LCRW se reunieron con el cardenal William Levada, director de la oficina de doctrina del Vaticano, y con el obispo encargado de supervisar los cambios a los que se quiere someter al grupo, en un intento de conciliar posiciones.

El Vaticano señaló que el encuentro transcurrió en un ambiente "abierto y de cordialidad", pero subrayando al mismo tiempo que la organización tiene que promover las enseñanzas centrales de la Iglesia.

Sin embargo, como señaló el corresponsal de la BBC en Roma, David Willey, las monjas han mostrado pocas señales de ceder ante una situación que consideran como sumamente injusta.

Choque de doctrinas
 
Entre otras cosas, en el informe de la Santa Sede, se aseguraba que la LCRW socavó enseñanzas de la Iglesia en cuestiones como la homosexualidad y el sacerdocio exclusivamente masculino.

El informe fue elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que fue encabezada durante muchos años por el actual Papa Benedicto XVI.

El Sumo Pontífice ha estado intentando restaurar las tradiciones católicas que, según él, se fueron perdiendo a partir de las reformas modernizadoras del Concilio Vaticano II en la década de los '60 del siglo pasado.

Precisamente el trabajo de la LCRW, que fue fundada en 1956, se desarrolló originalmente en esa época de cambios que llevó a muchas religiosas a dejar sus roles más tradicionales para desempeñar un papel más activo en la sociedad.

En su página de internet, la LCRW señala estar "inspirada por el llamado radical del Evangelio" y es esa postura que la investigación del Vaticano calificó como "temas feministas incompatibles con la fe católica" lo que está en el centro de la discordia.

Muchas monjas manifestaron sentirse dolidas por el reporte del Vaticano y sostuvieron que no se habían interpretado bien sus intenciones, ni su trabajo por la justicia social.

Queda por ver si finalmente las monjas no tendrán otra opción que aceptar la visión ortodoxa que se les quiere imponer desde Roma.

Pero nuestro corresponsal en Roma indica que su sentimiento de dolor es comprensible, tomando en consideración que se les piden cambios en momentos en que la Iglesia estadounidense ha perdido credibilidad por los escándalos de abusos sexuales en los que se han visto involucrados sacerdotes.

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