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sábado, 16 de junio de 2012

Hamelín busca nuevo flautista


El pueblo alemán de Hamelín podría necesitar pronto un nuevo flautista.

Las ratas parecen haber invadido las calles de la ciudad como ocurrió, según la leyenda, en el año 1284.

La historia de los hermanos Grimm relata cómo los aldeanos del pueblo contrataron entonces los servicios de un joven, que hipnotizó a los indeseables animales con la música de su flauta y los sacó del pueblo.

El flautista los llevó hasta el río Weser, donde se ahogaron.

Pero, libres de la plaga, los aldeanos de volvieron avaros y no le pagaron el dinero acordado.

En venganza, éste blandió de nuevo su flauta. Esta vez encantó a todos los niños del pueblo, a quienes no permitió regresar hasta que sus padres saldaron la cuenta pendiente.

Ratones, fuente y turistas

No es la primera ocasión en que Hamelín, ubicado en la Baja Sajonia alemana, tiene problemas con las ratas en años recientes. En 2008, restos de comida y basura dejados en un campo en las afueras del pueblo se convirtió en un paraíso para los roedores.

Esta vez fue más difícil ignorar su presencia.

Una de las fuentes, ubicada en una zona céntrica, dejó de operar, debido a que los ratones mordisquearon los cables de electricidad que la hacían funcionar.

Según las autoridades, la ciudad debe la nueva plaga a su fama: los turistas que la visitan -en buena medida por la leyenda del flautista- lanzan restos de comida a los pájaros en los alrededores de la fuente. Un verdadero festín para los ratones, que al amparo de oscuridad se hacen con las sobras dejadas por las aves.

De todas formas, la plaga parece haberle dejado algo bueno a la municipalidad de Hamelín esta vez. Un portavoz le dijo a un periódico local que la fuente se había convertido en un problema, porque ahí se acumulaban hojas que tenían que ser limpiadas regularmente.

"La tubería está rota, y la fuente es particularmente difícil de mantener", dijo Weser Zeitug, del gobierno local.

Por otro lado, como apunta el corresponsal de la BBC en Berlín, Stephen Evans, es posible que el flautista tampoco estuviera interesado en ayudar a los habitantes de Hamelín hoy.

Es lo que pasa cuando un pueblo gana fama de "mala paga".

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